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La cubierta es la quinta fachada de un edificio y la primera línea de defensa contra el clima.

Tradicionalmente las cubiertas eran inclinadas, sin embargo, desde principios del S.XX las cubiertas planas han adquirido protagonismo con la concepción de “cubierta moderna”.

A la hora de construir no podemos evitar plantearnos ¿cubierta plana o inclinada?

En primer lugar, debemos conocer los requerimientos funcionales que tiene una cubierta, ya sea plana o inclinada.

La principal es asegurar la impermeabilidad. En las cubiertas inclinadas la pendiente y la geometría de las piezas lo resuelven, sin embargo, las inclinadas necesitan una lámina impermeable y una ligera pendiente para evacuar el agua y que esta no se acumule.

La cubierta recibe un mayor impacto de los agentes atmosféricos por eso su diseño y sus materiales deben asegurar la durabilidad ante las condiciones a las que puede ser sometida.

Por último, las cubiertas deben ser resistentes a su propio peso y a los factores externos como pueden ser la nieve o una persona y asegurar un aislamiento térmico y acústico.

Cada cubierta tiene sus ventajas y desventajas y muchas veces estas dependen del tipo de edificio que construimos, el uso que tendrá o su ubicación.

La cubierta inclinada desagua de manera natural por eso es muy común en los climas fríos.

Además, tiene un diseño muy versátil, pues puede combinar distintas pendientes, formas y tamaños.

También permite aprovechar el espacio interior en forma de altillo, consiguiendo espacio adicional.

En Nextarquitectura no perdemos la oportunidad de sacarle partido a este espacio.  

   

En este caso por ejemplo, aprovechamos el bajo cubierta para crear un espacio polivalente de relación. La cubierta inclinada incorpora un gran lucernario que aporta luz y personalidad al espacio.

     

Esta habitación también se coloca bajo la cubierta, ganamos altura y dejamos las vigas de la estructura de madera vistas. El resultado: un espacio amplio y luminoso.

Por otra parte, las cubiertas inclinadas, a pesar de ser más caras de construir, tienen mucho menos mantenimiento que las planas, compensando así el coste de construcción.

Las cubiertas planas tienen la ventaja de poder ser transitables, esto nos abre infinitas posibilidades. Pueden aprovecharse como terrazas, parques, jardines o parking entre otros.

En la siguiente vivienda conseguimos una terraza adicional con vistas al resto de la parcela.