Cuando hablamos de los espacios por su estado de delimitación encontramos los espacios interiores y los espacios exteriores.
Definimos el espacio interior como aquel que está cerrado, tiene límites en todos los sentidos, aquel espacio en el que nos sentimos refugiados y/o protegidos.
En su opuesto, tenemos el espacio exterior, aquel que no tiene delimitación en alguno de sus sentidos. Un espacio abierto, expuesto y a veces indefinido.
Además de estas dos tipologías, en la arquitectura consideramos un tercer espacio, el espacio intermedio.
Este término puede referirse tanto a aquel espacio que funciona como nexo o como mediador entre diferentes espacios, ya sean interiores o exteriores, o aquel espacio que, por sus características, no se considera ni interior ni exterior.
En este post profundizaremos sobre el uso de estos espacios intermedios y cómo los podemos incluir en nuestras viviendas.
ESPACIOS INTERMEDIOS DENTRO DE UNA VIVIENDA
Dentro de una misma vivienda, podemos encontrar espacios de conexión entre diferentes estancias o espacios, como pueden ser patios interiores o dobles espacios que nos sirven de conectores o colchones y nos ofrecen una mejor calidad espacial, proporcionándonos luz natural a espacios interiores o conexiones visuales.
ESPACIOS INTERMEDIOS ENTRE LA VIVIENDA Y LA CALLE
El espacio intermedio entendido como el límite entre la vivienda y el espacio público de la calle. Cuando disponemos de un espacio que nos separa la intimidad de nuestra vivienda con la calle. Estos espacios pueden ser las terrazas, jardines, balcones, porches. Entendemos que son espacios exteriores pero que pertenecen a la intimidad de nuestra vivienda.
ESPACIOS INTERMEDIOS ENTRE DOS O VARIAS VIVIENDAS
El espacio a veces compartido entre dos o varias viviendas. Encontraríamos en esta tipología los patios interiores, espacios comunitarios, terrazas comunitarias… Estos espacios aún ser compartidos en ocasiones con otros usuarios, nos separan de una conexión directa con del espacio público de la calle.
ESPACIOS INTERMEDIOS “Ni interior ni exterior”
Son espacios que por las condiciones de sus límites cuesta denominarlos como espacios interiores o espacios exteriores.
De esta manera pueden ser consideradas las galerías, porches cerrados, terrazas cubiertas o balcones cerrados.
Encontramos multitud de maneras de delimitar estos espacios.
A partir de filtros que dejan pasar la luz solar en más o menos intensidad, cubiertas parcialmente abiertas o cerradas, o cerramientos que limitan la entrada del aire del exterior.
Estos espacios intermedios, nos permiten diseñar o distribuir nuestra vivienda de una manera que mejore el confort y nuestra calidad de vida, así como proporcionándonos diferentes espacios y calidades espaciales para el gusto de cada uno, jugando con la cantidad y la calidad de la luz natural que nos entra, el tipo de relación que queremos establecer entre diferentes espacios, o simplemente por conexiones visuales y/o espaciales que queremos establecer.