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La arquitectura es mucho más que la creación de edificios funcionales; es la construcción de espacios que influyen directamente en nuestras vidas y emociones.

Next Human, es la rama de Next donde nos dedicamos a proyectar en cada hábitat todos los aspectos humanos que nos complementan y nos hacen percibir sensaciones agradables. Es decir, nos ocupamos de la funcionalidad y de la humanización de los espacios que diseñamos.

Hemos trabajado tanto en proyectos privados como públicos, desde escuelas, institutos, guarderías hasta bloques residenciales, edificios de oficinas, establecimientos hoteleros y centros sanitarios con el objetivo de poder recrear sensaciones físicas a través de las formas, las texturas de las superficies, los colores de los materiales y la atmosfera apropiada para convertir el espacio arquitectónico en una agradable experiencia sensorial.

A continuación, os dejamos algunos factores a tener en cuenta para conseguir un mejor estado de ánimo:

1. La iluminación:

La cantidad de luz que se encuentra en un espacio, la intensidad, el color y la dirección puede impactar directamente en el estado de ánimo de las personas, es por eso, que la capacidad de controlar la iluminación natural y artificial permite adaptar el ambiente a diferentes necesidades y crear zonas versátiles que se ajusten a las actividades y preferencias de los habitantes.

Una iluminación adecuada genera ambientes acogedores, mientras que la falta de luz puede generar sensaciones de tristeza, dolores de cabeza o ansiedad. También es importante tener en cuenta que la sobre iluminación a veces, también puede resultar incómoda. La temperatura del color de la luz influye en la percepción emocional del espacio, por ejemplo, las luces cálidas generan sensación de calidez y relajación, mientras que las luces frías pueden crear ambientes estimulantes.

Otro aspecto relevante a tener en cuenta es la forma en que la luz se distribuye en un espacio, porque puede hacer destacar aspectos arquitectónicos y crear efectos visuales.

2. Color, textura y forma

El uso del color, la textura y la forma en la arquitectura también puede tener un impacto significativo en nuestros estados de ánimo y emociones. Los colores cálidos y vibrantes, como el amarillo y el naranja, pueden evocar sentimientos de alegría y vitalidad, mientras que los tonos suaves y neutros, como el azul y el verde, pueden generar una sensación de tranquilidad y serenidad. Del mismo modo, las texturas orgánicas y naturales, como la madera y la piedra, pueden crear una sensación de calidez y conexión con el entorno.

Respecto a las formas, si están compuestas por líneas rectas y formas geométricas pueden sugerir orden, estabilidad y racionalidad, mientras que las curvas y las formas orgánicas pueden evocar una sensación de fluidez, suavidad y movimiento.

3. Diseño bioclimático y conexión con la naturaleza

Los espacios que integran elementos naturales, como la luz natural, el aire fresco y las vistas al paisaje exterior, tienen un impacto positivo en nuestro estado de ánimo. La arquitectura bioclimática aprovecha estas conexiones naturales para crear entornos que promueven la calma y la relajación. Por ejemplo, un edificio con amplias ventanas que permiten la entrada de luz natural y vistas panorámicas del entorno puede generar una sensación de apertura y conexión con la naturaleza, reduciendo el estrés y la ansiedad.

4. Espacios multifuncionales y flexibles

La flexibilidad en el diseño arquitectónico puede influir en nuestros estados de ánimo al ofrecernos la libertad de adaptar nuestros entornos según nuestras necesidades cambiantes. Los espacios multifuncionales que pueden transformarse fácilmente para diferentes usos fomentan la creatividad, el aprendizaje y la innovación, lo que a su vez puede aumentar la sensación de bienestar y satisfacción. Si tenemos un espacio de trabajo que puede convertirse en un área de reunión informal o un espacio de descanso puede mejorar la productividad y el sentido de comunidad entre los usuarios.

En definitiva, la arquitectura tiene un poderoso impacto en nuestros estados de ánimo y emociones al influir en la forma en que experimentamos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Al diseñar espacios que promuevan la conexión con la naturaleza, la flexibilidad funcional, la correcta iluminación, el uso inteligente del color, la textura, la forma, y la creación de comunidades vibrantes, pueden contribuir significativamente al bienestar emocional y la calidad de vida de las personas.

¿Te gustaría tener en cuenta todos estos factores para poder vivir en un espacio lo más saludable posible?

Nuestro apasionado equipo te asesorará y te acompañará para poder hacer tus deseos realidad.