Una de las cuestiones que tenemos siempre encima es la diferencia que hay entre los paneles fotovoltáicos y los paneles solares.
Actualmente, según el decreto 21/2006 de 14 de febrero en las que es obligatorio incorporar parámetros ambientales y de eco-eficiencia en los edificios que sean de nueva construcción, los procedentes de reconversión de antigua edificación y los resultantes de obras de gran rehabilitación, entendiendo como tales las que sólo excluyan el derribo de las fachadas o constituyan una actuación global en todo el edificio.
Los edificios que tengan una demanda de agua caliente sanitaria igual o superior a 50 litros/día a una temperatura de referencia de 60°C, que normalmente son la mayoría, tendrán que disponer de un sistema de producción de agua caliente sanitaria que utilice para su funcionamiento energía solar térmica con una contribución mínima en %, o mediante otras energías renovables, procesos de cogeneración o fuentes de energía residuales procedentes de la instalación de recuperadores de calor independientes a la propia generación de calor del edificio.
En estos casos los paneles fotovoltáicos no nos funcionaría como un sistema de producción de agua caliente ya que están formados por un conjunto de células fotovoltáicas que producen electricidad a partir de la luz que incide sobre ellos mediante el efecto fotoeléctrico, convierten la luz solar en electricidad.
Aunque no los podamos utilizar como un parámetro eco-eficiente, a partir del pasado 5 de octubre, se eliminó el “impuesto del sol” el cual supone la eliminación de las tasas y las trabas que ponían al derecho a producir y consumir tu propia energía eléctrica a través de tu instalación solar.
¿Cómo funcionan los paneles fotovoltaicos?
Como ya hemos dicho antes los paneles se componen de un conjunto de celdas o células fotovoltaicas que producen electricidad gracias a la luz solar que incide sobre ellos. Las placas fotovoltaicas pueden ser cristalinas o amorfas. Las cristalinas, a su vez, pueden ser monocristalinas (se componen de un único cristal de silicio) o policristalinas (se componen de varias partículas cristalizadas de pequeño tamaño). En cuanto a las amorfas, el silicio no se cristaliza.
Los paneles monocristalinos son menos efectivos que los policritalinos ya que contienen menos cristales, pero en cambio, son más económicos.
Para la colocación de las paneles o placas fotovoltaicos se recomienda para una familia media instalar entre 6 y 10 placas solares, que son entre 1,5kW y 2,5kW para que sea factible y eficiente.
¿Cómo funcionan los paneles térmicos solares?
La energía solar térmica consiste en el aprovechamiento de la energía del Sol para producir calor que puede para la producción de agua caliente destinada al consumo de agua doméstico, ya sea agua caliente sanitaria o calefacción.
Los colectores de energía solar térmica se clasifican en como colectores de baja, media y alta temperatura. Los colectores de baja temperatura generalmente son placas planas usadas para calentar agua. Los de temperatura media también son placas planas usadas para calentar agua o aire para usos residenciales o comerciales. Los colectores de alta temperatura concentran la luz solar usando espejos o lentes y generalmente son usados para la producción de energía eléctrica.
La energía solar térmica, no se consume instantáneamente, ya que depende de la demanda existente, por lo que, es necesario acumularla. Por ello, necesitamos un sistema de acumulación del agua caliente de consumo, para que se pueda suministrar a medida que se va demandando. Esto se consigue con los Acumuladores o Interacumuladores. Los podemos colocar junto a las placas solares en la cubierta, que es más económico, o colocarlas dentro de la vivienda.
Si queremos que la energía solar sea un apoyo para el sistema de calefacción necesitaremos instalar un intercambiador de placas. El circuito cerrado que une los captadores se denomina Circuito Primario; el Circuito Secundario corresponde a aquél que parte del intercambiador al depósito de acumulación solar. Los intercambiadores pueden ser externos al depósito (intercambiadores de placas), o interiores (serpentín). Normalmente el apoyo consiste en un 10%-20% de la demanda energética de la calefacción.
Los dos sistemas de aprovechamiento de energía solar son compatibles, y muy beneficiosos para nuestros hogares. La instalación no es muy complicada y hoy en día todos los industriales del gremio están al día con este tipo de energías renovables, por lo que es una buena solución para ser un poco más eco-eficientes.