En los proyectos de rehabilitación es cada vez más común dejar vistas paredes originales de ladrillo macizo de la viviendas junto a un trasdosado de cartón yeso o a una pared de ladrillo enyesada, así cómo dejar las vigas que sujetan la estructura de la cubierta al descubierto, con un entrevigado de cartón yeso o con un enyesado entre bigas, creando de esta manera espacios rústicos con contrastes entre lo antiguo y lo moderno, y que apuestan por los materiales naturales combinados con materiales prefabricados modernos.
EL LADRILLO VISTO
El atractivo de esas paredes de ladrillo visto o el de las vigas vistas, es la imperfección que muestran por el paso de los años; los cantos rotos, las manchas, el desgaste de la argamasa que une a los ladrillos, los nudos de la madera… son precisamente estas imperfecciones que, combinadas con elementos rectos, limpios y actuales hacen del espacio, un ambiente característico y singular.
Durante la rehabilitación de la vivienda, hay que saber escoger qué pared o paredes se pueden dejar al descubierto para mostrar los ladrillos originales, pero es aconsejable no dejar vistas todas las paredes de una misma estancia, ya que debido a su espesor y a su denso color marrón se consigue que el espacio parezca más pequeño; por ese motivo, generalmente solo se recupera el ladrillo de una sola pared o bien de un pilar, una esquina…
Otra manera de jugar con la idea de recuperar los ladrillos es pintarlos para ganar en luminosidad y amplitud y alejarnos de ese acabado más duro que desprenden; hay que ir con cuidado de qué manera los pintamos.
Algo muy parecido ocurre con las vigas de madera, dependiendo de la tipología de la vivienda suele ser aconsejable no dejar todas las vigas al descubierto y combinar zonas con falso techo de cartón yeso y aprovechar esas zonas para el paso de instalaciones y conductos.
El ladrillo visto se adecua a cualquier estancia de la casa, ya sea en el comedor, en la cocina o en el baño, pero requiere un tratamiento previo para la higiene de la vivienda.
Se tiene que sorrear la pared, eso significa aplicar una técnica industrial de limpieza que consiste en la proyección de un material abrasivo mediante una tobera de aire comprimido (presiones que oscilan entre los 2 y 7 bares), y así conseguir acabados perfectos.
Otra forma de limpiar una pared es mediante un limpiador de agua a presión o mediante cepillos y agua, realizando círculos para quitar el polvo y la suciedad o mediante jabón y sal de mesa; la idea es crear una pasta y aplicarla al ladrillo con un trapo y dejarlo reposar, luego limpiar la superficie y ayudarse de agua para lavarla.
Referente al tratamiento de las vigas de madera, teniendo en cuenta que la viga se encuentra en buen estado, es aconsejable dotar la biga con un tratamiento antihongos para limpiar de manera interior la viga, y posteriormente, barnizarla para darle un mejor acabado.
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