Aprovechar espacios perdidos: el Bajo Escalera
En una casa, es común encontrar espacios perdidos que aparentemente pasan desapercibidos. Uno de ellos puede ser el bajo escalera, que a menudo lo destinamos como espacio de almacenaje.
En este post, te explicamos y damos algunas ideas de cómo aprovechar e integrar al máximo el bajo escalera.
Sumar el bajo escalera a una estancia.
Éste ejercicio se trata de aprovechar el bajo escalera en su máxima expresión.
La primera fotografía pertenece a la casa Antoni Cusidó, en ella se aprecia la escalera y cocina como cuerpo único. El segundo tramo de la escalera, y por tanto el más alto, nos permite ubicar todo un mueble de servicio en la cocina, en este ejemplo conseguimos además iluminar la zona de la cocina a través de la luz difusa que nos entra por la escalera.
El segundo ejemplo lo encontramos en la casa Espirall, dónde el espacio de bajo escalera da cabida al lavabo. En este caso, se aprovechan las zonas bajas de la bajada del tramo de escalera para ubicar el inodoro.
También, como ejemplo de aprovechar espacios perdidos, mostramos aquí un lavabo integrado en el bajo escalera, instalado en la casa Llobet.
En este caso, el mueble junto a las picas es el que forma parte de la bajada de la escalera.
En ambos casos, la geometría final que conforma la estancia nos aporta un punto de originalidad que destaca el carácter reconciliador de los espacios perdidos de nuestra vivienda.
Integrar la escalera en la arquitectura
Otro camino que nos puede guiar para conseguir un espacio destacado en la vivienda, es integrar la escalera en la arquitectura. Se trata de un ejercicio de reflexión, en el cual la escalera forma parte de una estancia más de la casa, con igual importancia que el resto, por ello, tendremos que mimarla, pensar cómo iluminar-la, o qué encontrarnos en su recorrido.
En la casa Sant Pau (primera imagen), se aprecia cómo el arranque de la escalera, no deja indiferente a nadie, éste da paso a la cocina, y no por un paso, si no por dos. Sin duda es un simple gesto que aporta personalidad y luz a la estancia de la escalera.
El segundo ejemplo lo encontramos en la casa Lliçà, donde jugamos a ocupar el espacio del bajo escalera con una extensión de los peldaños de la escalera. Se intercalan por tal de romper el ritmo, y crear visualmente una escalera más dinámica.
Y por último, en la tercera imagen, otra muestra de que con unos simples gestos podemos conseguir darle importancia a la escalera de nuestra casa es pensar que ocurre debajo de ésta. En la casa Palau, este espacio se pensó como un lugar de encuentro, por ello de diseñó este banco que se extiende como un apéndice de la escalera.